licencia creative commons

miércoles, 3 de junio de 2015

Armonía entre platos y vinos



Escuchamos a mucha gente que dice la típica frase:
Los vinos tintos van con carne y los vinos blancos con pescados…..

En líneas generales no es malo, pero si seguimos esta frase constantemente, seremos unos aburridos y agua fiestas, de beber y comer exactamente lo mismo!!!!

 “No es una norma establecida”
Si quieres una copa de vino tinto con un pescado blanco a la plancha, pídelo sin pena!! “Diríamos los Venezolanos: No pega ni con chiclet” pero tú eres el que paga y el que decide que comer y que beber….

Recordemos esto siempre:
1.       Para el placer no hay normas
2.      Para la armonía si hay normas

En cambio si eres un perfeccionista del tema y quieres siempre saber que vino va en armonía con lo que estas comiendo “En hora buena” sigue leyendo que la cosa se pone buena.

¿Qué se busca en la armonía?

Mi profesora en la academia de sommelier,  Dayana medina dice estas palabras:
“En la armonía se busca que la comida abra paso al próximo trago y el trago abra paso a la comida y así diversas sensaciones”
Para una combinación perfecta debemos conocer las sensaciones que provoca el alimento tales como:
-Dulce
-Salado
-Acido
-Amargo

La sommelier y escritora Jane Nickles ofrece 12 formas básicas para ayudarnos a entender el éxito y fracaso de algunas combinaciones.

1) Ácido con ácido: Las comidas ácidas, con cítricos y tomates por ejemplo, hacen que disminuya la sensación ácida del vino y lo aplanan. Por lo tanto, las comidas ácidas van con los vinos más ácidos como Chardonnay, Sauvignon Blanc, Sauvigon, Pinot Grigio y los tintos Gamete y Pinot Noir.

2) Dulce con dulce: Las comidas con dulce hacen que disminuya la sensación dulce del vino, lo aplanan y lo hacen más ácido y amargo. Los vinos secos con comidas dulces matan los tonos afrutados del vino. El vino debe ser más dulce que la comida o el postre.

3)
) Taninos con taninos: Las comidas tánicas, como por ejemplo las nueces, el té, café y los frutos del bosque, suavizan los taninos del vino. Un buen tinto añejado lo acompañaremos estupendamente con comidas con nueces, arándanos…

4) Grasas con ácidos y taninos: Las comidas grasosas como carnes, quesos, cremas, mantequillas y aceites disminuyen las sensaciones ácidas y tánicas del vino. Se equilibran mutuamente.

 5) Salado con ácido: Las comidas saladas se neutralizan con vinos ácidos y espumantes.

6) Salado con dulce: Las comidas saladas, como por ejemplo la soya, el sushi y el queso azul, se equilibran estupendamente con vinos dulces como el moscato, el Riesling y el Sautern.

7) Salado con bajos taninos: Las comidas saladas resaltan la amargura y los tonos minerales del vino tánico. No son buena combinación. Se recomiendan mejor blancos y tintos como Beaujolais o Pinor Noir.

8) Más amargo con menos amargo: Las comidas amargas, como la berenjena, los hongos, repollos de bruselas, espárragos, brócoli, radicchio, berros, arugola o chocolate amargo, acentúan la amargura del vino y lo hacen imbebible. Elija vinos como Gewurztraminer, Semillon o tintos más suaves.

9) Similitud de sabores: Los sabores parecidos se potencian mutuamente. Las comidas con frutas armonizan con vinos afrutados, las picantes con vinos con tonos a especies como Riesling y Gewuertraminer, los sabores a tierra como los hongos, van con vinos terrosos como Pinot Noir, pimienta verde va con los tonos de pimienta del Cabernet Sauvignon.

10) Contraste de sabores: Los sabores contrastantes entre las comidas y el vino pueden contrarestar el aburrimiento y añadir un toque interesante. Sin embargo, esto es más complicado y nos forza a probar combinaciones.

11) Similitud en texturas: Comidas ricas y elaboradas combinan con vinos fuertes y corpulentos, y las comidas ligeras van mejor con vinos suaves. Entre los blancos suaves están el Sauvignon Blanc y el Riesling. Y entre los tintos suaves, están el Beaujolais y Pinot Noir.

12) Contraste de texturas: a veces funciona pero es riesgoso. Comidas y vinos pesados en algunos casos resulta pesado. Vinos más suaves con carnes o postres grasosos resaltan el sabor de las comidas y le dan protagonismo.

13) Picantes con dulces: El dulce de vinos como Riesling y Gewurztraminer apagan la sensación de quemazón. Los vinos ácidos como Chardonnay y Sauvignon Blanc acentúan y perpetúan el picor. 14) La psicología: Muchas veces más que la armonía de comidas y vino, es la ocasión y nuestras emociones lo que enaltece la experiencia. Si bien las fresas y la champaña no son la mejor combinación al paladar, lo hemos asociado con el romance y el placer.

Fuente: alritmodelvino.blogspot.com





1 comentario: